Dormir bien garantiza un buen descanso, y ayuda a mantenerse en forma para el nuevo día, por ello, cuando pretendemos disfrutar de unas jornadas al aire libre, el sueño es un factor indispensable a tener en cuenta. Algo tan básico como dormir mal una noche puede arruinar un viaje, si además el sueño incómodo o en malas condiciones se repite a lo largo de varias noches, el rendimiento y la energía se verán muy afectados.
Para evitar problemas con el sueño cuando se planea una acampada, es aconsejable dedicar un poco de tiempo a escoger un saco de dormir, informándose de todos los factores a tener en cuenta antes de elegir uno. Esta pequeña “pérdida de tiempo” nos puede ahorrar muchas malas noches en el futuro. A continuación, analizamos algunos de los criterios más importantes a la hora de un saco de dormir.
1.- Características del entorno y el usuario del saco de dormir.
Temperatura en el entorno. Una de las primerísimas cuestiones a tener el cuenta incluso antes de empezar la compra, es saber, aunque sea de forma aproximada, las temperaturas mínimas que se pueden alcanzar en el lugar de la acampada. Aunque no todas las personas reaccionamos igual antes el frío, saber las temperaturas mínimas, puede ayudarnos a descartar sacos de dormir y a centrar la búsqueda.
El usuario. Si estamos buscando un saco de dormir, está bien que nos dediquemos a informarnos sobre las cualidades y las propiedades de estos, sin embargo, muchas veces olvidamos que el saco será un instrumento para nuestro descanso y que, por lo tanto, tenemos que tener en cuenta también nuestras propias características: el espacio que una persona ocupe dentro del saco, tiene que ser suficiente para moverse con cierta libertad, pero no excesivo. El saco de dormir mantiene y guarda el propio calor corporal toda la noche, de forma que si, por ejemplo, una persona menuda, tiene un saco de dormir demasiado grande, el espacio a mantener caliente será mayor, pudiéndose producir, precisamente, el efecto contrario al que se busca. En ese sentido, hay sacos de dormir pensados, por ejemplo, para mujeres o para niños, teniendo en cuenta este importante detalle, para garantizar un mayor confort.
2.- Características del saco
La capacidad térmica. El objetivo de un saco de dormir es mantener el calor, por eso, hay que tener en cuenta las temperaturas para las que esté diseñado el saco. Como ya hemos dicho, son orientativas, pero pueden darnos una idea bastante aproximada de si servirán para una determinada acampada. En algunas tiendas se pueden encontrar modelos con nombres de tipos de clima, lo que puede ayudar a la elección del más conveniente.
Las dimensiones y el diseño. Las dimensiones del saco el función de la persona que los vaya a usar son un factor importante a tener en cuenta, debemos evitar que dentro del saco haya demasiado espacio (sea grande), pero también que haya poco (sea pequeño), ya que en ambos casos, se producirá un efecto contrario al deseado. Por lo que se refiere al diseño, se encuentran dos tipos de sacos de dormir, rectangular y de momia, los rectangulares son más cómodos porque permiten mayor libertad, y muy adecuados para acampadas en climas cálidos; en cambio los de tipo “momia”, aíslan mejor el calor.
Las materias primas. Mucho se podría hablar sobre si son mejores los sacos de dormir de pluma y plumón, o los de materiales sintéticos, si bien es cierto que los materiales naturales, son mejores aislantes, también es cierto que son menos resistentes. Decantarse por uno u otro tipo dependerá del uso de que vayamos a dar, si es para acampadas esporádicas, puede que sea conveniente elegir materiales que retengan mejor el calor, pero si vamos a usarlo con mucha frecuencia, sería recomendable apostar por la durabilidad. También es importante comprobar que sean materiales transpirables.
Volumen y peso. Dos factores importantes, ya que, por un lado, las mejores materias primas y los sacos para temperatura frías suelen pesar más y ser más voluminosos, y por otro, en las excursiones de varios días, evitar peso excesivo es importante y además, hay que tener en cuenta el volumen del saco plegado, para que no sea excesivo e incómodo de transportar.
Otras cuestiones. El collarín, la forma de la capucha y el tipo de aislamiento, también deben ser tomados en cuenta. Es importante que el saco tenga sistema de doble cremallera, y que tenga cordón de regulación en el cuello para aislar mejor.